Lobita de río es una editorial artesanal de poesía argentina ilustrada que aborda contenidos vinculados a territorio, diversidad y disidencias.

Poemario de Evelin Bochle

En diálogo textual: Cecilia Pascual

En diálogo gráfico: Josefina Wolf


Medidas: 8 x 10,5 cm

40 páginas con ilustraciones en monocopia digitalizadas.

1 pliego de estampa de monocopia original.

Tapa impresa con tipos móviles de plomo en presa tipográfica a palanca.

Tirada: 50 ejemplares.


La voz del poema palpita. En ella, Eve rebufa, repta, acecha. Define la espesura de su anclaje y escrudiña la distancia de su presa. Concertina su movimiento, se eriza, descarna el deseo lésbico y devora.

En un monte enmarañado de bestias, su cuerpo se expande. A veces, cansada, se extravía, hundiendo el hocico húmedo entre la maleza. ¿Será acaso un animal que, con los ojos colmados de hembras inmensas, se pierde cada vez que quiere regresar a su guarida?

O, “Acaso solo sepa hablar la lengua de las bestias, que es la lengua del poema”, como conjetura Cecilia Pascual, en el texto que cierra en diálogo el poemario. Y donde agrega: “Y quizás la lengua del poema sea para mí la de la imaginación material. La inconsistencia del contacto que hay en la composición y estabilización de las imágenes que nos construimos para evocar, para recordar, para asir identitariamente un ahora frente al pasado”.




ánima

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Poemario de Evelin Bochle

En diálogo textual: Cecilia Pascual

En diálogo gráfico: Josefina Wolf


Medidas: 8 x 10,5 cm

40 páginas con ilustraciones en monocopia digitalizadas.

1 pliego de estampa de monocopia original.

Tapa impresa con tipos móviles de plomo en presa tipográfica a palanca.

Tirada: 50 ejemplares.


La voz del poema palpita. En ella, Eve rebufa, repta, acecha. Define la espesura de su anclaje y escrudiña la distancia de su presa. Concertina su movimiento, se eriza, descarna el deseo lésbico y devora.

En un monte enmarañado de bestias, su cuerpo se expande. A veces, cansada, se extravía, hundiendo el hocico húmedo entre la maleza. ¿Será acaso un animal que, con los ojos colmados de hembras inmensas, se pierde cada vez que quiere regresar a su guarida?

O, “Acaso solo sepa hablar la lengua de las bestias, que es la lengua del poema”, como conjetura Cecilia Pascual, en el texto que cierra en diálogo el poemario. Y donde agrega: “Y quizás la lengua del poema sea para mí la de la imaginación material. La inconsistencia del contacto que hay en la composición y estabilización de las imágenes que nos construimos para evocar, para recordar, para asir identitariamente un ahora frente al pasado”.




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